Enrique Pérez Díaz

Enrique Pérez Díaz
(La Habana, 1958). Este polifacético creador ha abordado la literatura para niños desde todas las perspectivas. Como ensayista, su obra ha sido publicada en los principales medios impresos de su patria, Colombia, Argentina y México. Conferenciante, ha recorrido Europa y América, en muchas ocasiones también como cuentacuentos. Aunque sus cuentos y poemas para niños transcurren en el mundo de hoy, Enrique siempre apuesta por la imaginación y la fantasía. Posibilitador de imposibles, sus muchos libros describen el poder que las hadas otorgaron a este isleño para convertir la tierra firme en un mundo dúctil de sueños. Es director de la Editorial Gente Nueva. Vive en La Habana. (María García Esperón)

Los que escriben para niños...

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Entrevistas de Enrique Pérez Díaz a autores de LIJ. Columna en Cubarte

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Archive for septiembre 2011

Dame la mano y... me amarás, de Enrique Pérez Díaz en Juventud Rebelde


Fuente: Juventud Rebelde

La voluntad de José Martí: que en Cuba nadie se quede sin leer, FIL Cuba febrero 2011, un mapa de la más nueva y fresca literatura infantil y juvenil cubana, Gente Nueva, la veterana y joven casa editorial, Carrusel de cuentos en hospitales y casas hogar de toda Cuba, Veintiuno: literatura contemporánea para jóvenes, Pétalo: poesía amorosa para jóvenes, autores clásicos en minilibros, Ámbar: fantasía, ciencia ficción y policial...

El castillo de mis sueños



Para escuchar...


El castillo de mis sueños

Piedra a piedra, mi castillo,
entre sueños levanté,
siempre del alba al ocaso,
cada rincón dibujé…

Le pinté almenas bien altas,
torres que miraban al mar,
mil pasillos, corredores,
y el Salón de la Verdad…

Altas horas de la noche,
me sorprendieron allí,
dibujando cada sueño,
reinventando mi vivir…

Creí que el castillo era fuerte,
desafiaba el porvenir,
le creí indestructible,
infinito y eterno le creí…

Con esencia de quimeras,
coloreé cada jardín
y hasta el agua de las fuentes
era de un color añil…

Gobelinos de otras eras,
adornaron cada pared,
y en la escalera de piedra
esculpí un dragón en su red…

Mi lecho parecía de olas
y miraba a un alto balcón,
por techo, un cielo estrellado
para soñar el adiós…

Imaginé una fiesta infinita
con los amigos de ayer,
imaginé mil y un amores,
con ellos, el tiempo correr…

Y así pasaban los años
en mi obra sin igual,
y así, yo olvidaba el mundo,
por mi castillo acabar…

Cierta vez, un espejo antiguo
me hizo saber la verdad,
como buen sueño que empieza,
mi vida tendría un final…

Al ver mi rostro marchito,
mi sonrisa sin edad,
justo entendí que el mundo
nunca detuvo su andar…

Allí estaba mi gran obra,
majestuosa, sin igual,
pero mi tiempo, ya ido,
sin yo poderlo evitar…

Y quizás entonces fui feliz…,
un instante de dicha pues,
más un castillo solitario,
es como la ilusión perder…

Abrí mis puertas al mundo,
tendí el alto puente a mis pies,
mis ojos buscaron caminos
que mis pasos iban a recorrer…

Y sin fardos, sin cordeles,
sin prisas, sin nada querer,
me abandoné a la magia cierta
de comenzar otra vez…

El hada Tristeza



Tristeza es el hada,
que visita mi hogar,
Tristeza le dicen
por su hondo penar...

Tristeza se asoma
una tarde gris,
se van los aromas
y el cielo es confín...

Tristeza va y viene
en su navegar,
un sueño marchito,
un verde esperar...

Y yo que la siento,
vestida de azul,
converso con ella,
le cuento mi azar...

Tristeza contagia
su prisa al andar,
su dolor de amores
y su palpitar...

Somos lo mismo
la Tristeza y yo,
vamos por un mundo
de dolor y canción...

Quizás ya no sueñe
a quien fuera su amor,
quizás no desvele
al escuchar su voz...

Quizás se borraron
las cartas que escribió,
tal vez ya no hay huellas
en su corazón...

Somos lo mismo
la Tristeza y yo,
un alma infinita
el más largo adiós...

Quizás la esperanza
en los dos marchitó,
acaso en un sueño
de nostalgia y candor...

Somos lo mismo
la Tristeza y yo,
un mar infinito,
que el azar congeló...




(C) Enrique Pérez Díaz
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI
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El Hada Vuelo



Quizás en cien años,

en uno o en mil,

nace un Hada Vuelo

desafiando al porvenir...




Aunque no la veas,

sabes que está,

pues dardos y piedras

ya le apuntarán...




Viene de lejos,

de cerca quizás,

viene de adentro,

o de afuera llegará...




La creen extranjera,

con distinto traje

y esta pobre hada

sufre mil ultrajes...




Todo vuelve oro

con hilos de amar,

pinta el universo

cada despertar...




Pero allá abajo,

los que no saben volar,

acusan al hada

de infidelidad...




La creen peligrosa,

enemiga tal vez,

la sienten espía

al no comprender...




Un Hada Vuelo

distinta sí que lo es,

su credo es amarte,

sin jamás, sin tal vez...




Su vuelo que asusta

al pobre mortal,

su risa parece

inquietante y más...




Quizás vino pronto,

no eran Tiempo y Lugar,

quizás nadie crea

que un hada vendrá...




Su vuelo apacible,

la deja bordar

eso que algunos

jamás soñarán...




Perdido en el cielo,

su largo anhelar,

el hada renace

cada despertar...




Y no importan miedos

o quienes no sienten ya

pues el Hada Vuelo

nunca se detendrá...




Cual ave imposible,

tú la ves llegar,

dibujando signos

para adivinar...




Ella es acertijo,

misterio y dolor,

un reto del Tiempo

y un tiempo mejor...




Por eso te digo,

gracias a mi edad,

que si tú la vieres,

créela... y volarás...


(C) Enrique Pérez Díaz
Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
MMXI
Tag : , ,

El hada Menta


Al Hada María, de Emrys, el príncipe hechizado...

Con su barquita de aguas y soles
el Hada Menta sale a pasear.
Cruza los mares, cruza los tiempos
y un alma triste viene a alegrar...

Con su varita de yerba buena,
el Hada Menta sale a pasear...
Viene contenta, toda sonrisas,
para tus sueños hacer verdad...

El Hada Menta, llega a un castillo
marchito de tiempo, largo aguardar.
Adorna paredes con caracolas,
la fuente seca su agua le da...

Con su varita, con su sonrisa,
el Hada Menta pinta el lugar:
se inventa un príncipe,
que escribe versos, sueña su amar...

Le canta un canon, el Hada Menta,
y su esperanza renacerá...
Le pinta bosques, playas lejanas,
un horizonte en felicidad...

Con su varita, el Hada Menta
todas las penas puede quitar
viene de lejos, trae la dicha
y en su barquita vuelve a la mar...

Contento vives, si el Hada Menta,
con su barquita de aguas y soles
y su varita de yerba buena,
cuando la sueñas, sale a pasear...




(C) Enrique Pérez Díaz
Voz: María García Esperón
Música: Canon de Pachelbel
MMXI
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Versos al nunca jamás, de Enrique Pérez Díaz, por Anabel Sáiz Ripoll

Versos al nunca jamás: Nada permanece ya
Por Anabel Sáiz Ripoll

Fuente: Voces de las dos orillas


Versos al nunca jamás,
Enrique Pérez Díaz.
Ilustraciones de Alejandro Magallanes
Madrid, Anaya, 2006, Sopa de Libros, 116.

“Versos al nunca jamás” es un precioso poemario que tiende los brazos a la infancia, pero no con el afán de recuperarla, que eso es imposible, sino con la idea de evocarla, de centrar los principales aspectos de esa época que, en la vida del ser humano, es tan trascendental. Decía el poeta que la verdadera patria del hombre es la infancia. Cuando se mata al niño que llevamos dentro, muere la ilusión y nace la frustración y el miedo. Y eso lo sabe muy bien este escritor cubano, Enrique Pérez Díaz. En una clara alusión a Peter Pan, dedica sus versos al “Nunca jamás”, esto es, al “País del Nunca Jamás”, el país del único niño que no creció porque, y ésa es otra gran verdad que Enrique Pérez Díaz conoce bien, “todos los niños del mundo crecen”. Y hay que aceptarlo de la mejor manera, aunque es muy difícil dejar atrás ese mundo en donde el tiempo no corría, en donde las cosas eran más simples, en donde la vida parecía no tener fin: la infancia.
En Versos al nunca jamás se evoca con nostalgia la infancia. Acaso la tristeza que esto pudiera generarnos, el autor la evita con el uso del humor y la ironía. Enrique Pérez Díaz parte de los cuentos tradicionales, pero les da la vuelta. Las cosas no son como parecen y él quiere presentarnos de nuevo a esos héroes de los sueños infantiles, pero con mayor experiencia o, quizá, otra perspectiva de la sus vidas. Para ello, suele escoger los elementos tópicos de esos cuentos y mirarlos desde otra perspectiva que enriquece el poema. Así, los osos echan de menos a Ricitos de Oro, es mejor que la Bella Durmiente no despierte, la bailarina y el soldadito de plomo se buscan sin encontrarse, Caperucita Roja ha perdido interés para los niños de hoy que “nada temen”, Alicia ha vuelto del espejo y todo sigue igual y Blancanieves duda frente a la manzana, aunque siempre tendrá otra oportunidad.
Los versos de Enrique Pérez Díaz son brillantes y sugieren momentos, presencias, esencias. Tienen el poder de convocar, con la palabra, la magia de los cuentos, ese otro mundo de la imaginación en donde, cuando eras pequeño, todo era posible. Desde su edad adulta, el autor recuerda y siente y sabe que ya nada volverá, pero se resiste y vuelve una y otra vez a sus personajes queridos o a los lugares de la fantasía.
El poeta escoge distintos puntos de vista, o bien personifica a sus personajes y les hace aparecen de manera directa o bien es él mismo quien toma la palabra y reflexiona.
Versos al nunca jamás aborda temas importantes como pueden ser el paso del tiempo, la belleza, la amistad o el amor. Y lo hace de una forma sugerente, con serenidad, como tocando levemente las palabras. Nada se pierde en la pluma del poeta, todo se convierte en parte esencial y en símbolo, la manzana, el espejo, el sueño…
Alejandro Magallanes ilustra estos poemas, de una manera sutil, resaltando el humor de algunas de las escenas y tratando de buscar el contraste entre los versos y sus dibujos.
El libro se estructura en tres bloques:
-A los personajes de los cuentos, en donde se dirige a estos personajes que han cambiado, que aún están intentando acabar su personal historia o que han perdido el horizonte. No se trata de versificar los cuentos tradicionales, en absoluto, sino de recrearlos, enriquecerlos con otro punto de vista. Pulgarcito, Simbad, Pinocho, la Sirenita, Campanilla… todos aportan un momento especial, un especial sentir.
-A la magia de los cuentos contiene una serie de poemas unidos por la presencia del elemento mágico, ya sea un espejo mágico, una fórmula mágica, un sortilegio, un conjuro, un hechizo… o un autor, como Andersen, incluso un personaje, como el mago o Merlín y Morgana.
-Al lugar de los cuentos es la tercera parte del poemario y alude, como indica su nombre, a los lugares en donde viven los cuentos, ya sean reales, como un desván, o imaginarios, como la fantasía o la ausencia.
Es un libro muy bien estructurado que trata de reproducir el propio ciclo de la vida. Ya en el prólogo, el poema “Regreso desde mi edad” deja claro el propósito del autor:
“Desde la poesía regreso
a la infancia, intocada
y sublime, edad aquella
que nada puede alcanzar…”
Esos puntos suspensivos enlazan directamente con los poemas que forman el libro y, por supuesto, tienen mucho que ver con el poema del epílogo, titulado “Adiós, Infancia”. El poeta siempre es un visionario y aquí no podría ser la excepción. Enrique Pérez Díaz sabe que acaba de cerrar una puerta, pero se resiste a perder la llave:
“infancia perdida,
viviré confiando
en cuanto ayer tú me mostraras,
infancia,
y ya no he podido –nunca podré-
olvidar”.
Nostalgia y memoria son casi sinónimos en el poemario, porque no existe la una sin la otra. Uno no siente nostalgia de lo que olvida; así lo siente el poeta y así lo plasma. Él, en realidad, sigue con la memoria de su infancia intacta, aunque ha aprendido a contemplarla con otra mirada, la que nos regala en Versos al nunca jamás.
El texto se destina a niños desde 12 años, que seguro reconocerán a los personajes de los poemas y podrán captar la ironía, aunque no entenderán el tono nostálgico, ni tienen por qué entenderlo. Sí lo captarán sus padres y los lectores adultos, porque Versos al nunca jamás se va enriqueciendo conforme los lectores cumplen años. Afortunadamente.

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