Publicado por : María García Esperón abril 02, 2012


Enrique Pérez Díaz: un espíritu libre que vive para las letras

Lilien Tujillo Vitón, 02 de abril de 2012

Lleno de júbilo y energía y admirablemente dispuesto a la plática y la promoción de la literatura infantil; el escritor, periodista, investigador y director de la Editorial Gente Nueva, Enrique Pérez Díaz, accedió a develar para los lectores de Cubaliteraria lo más reciente que acontece en su vida profesional así como en la institución que encabeza.




¿Qué actividades tiene proyectada la Editorial Gente Nueva para celebrar su aniversario 45?

Para festejar esta fecha queremos, sobre todo, salir con nuevos bríos al ruedo de la edición cubana, porque Gente Nueva fue la primera editorial que publicó literatura infantil y en definitiva, la que enseñó a leer a muchas generaciones. Afortunadamente, ya hoy no es la única y todo eso tenemos que celebrarlo

Primero escogeremos los libros más significativos de este año, pertenecientes a las distintas colecciones de la editorial y haremos una serie de presentaciones en nuestras sedes habituales que son la Sociedad Cultural José Martí, La Jiribilla y la casa museo Servando Cabrera.

Quizás organicemos también otro Sábado del Libro, para complementar la difusión de los textos que propusimos en la pasada Feria en La Cabaña, porque como a este evento asisten tantas editoriales nuestra entrega se ve un tanto opacada. Precisamente, por eso pretendemos, en ocasión del aniversario 45, masificar la divulgación de estos textos.

Por otra parte, es muy probable que para el propio día 31 de mayo, fecha en que celebramos el onomástico de Gente Nueva, podamos inaugurar la librería “El cochero azul”, que estará situada en los bajos de la editorial y será la primera librería especializada en literatura infantil, en Cuba. Pretendemos que sea, además, un centro de referencia, de información y de venta, donde dispongamos de todos los libros infantiles del país.

Además, continuaremos con las actividades que hemos venido haciendo en el pabellón infantil de la Feria Internacional del Libro a lo largo de once años, como los talleres de origamis, el intercambio con los autores y las presentaciones de La Colmenita como complemento de lo anterior.

¿Las actividades por el aniversario serán solo en saludo a la fecha o continuarán el resto del año?

Estaremos realizando actividades todo el año. Por ejemplo, celebraremos el aniversario 25 de la revista En julio como en enero, de la cual saldrá un número a propósito del aniversario de la editorial.

Iremos también a otras provincias del país, como Artemisa y Matanzas, donde participaremos en un taller de teatro para títeres con el libro A dónde van los ríos, de María Laura Germán Aguiar.

Tenemos, además, proyectos editoriales de gran relevancia, como el libro Para leer el XXI, que compila las ponencias del pasado Encuentro Iberoamericano de Literatura para Niños y Jóvenes y que incluimos a sugerencia de  Zuleika Román, quien estuvo en la clausura del evento y le pareció interesante lo que allí se discutió. Será una tirada pequeña, acorde con el público al que va dirigido, compuesto básicamente por investigadores.

Este año debemos sacar también el Diccionario de la literatura infantil cubana, texto que lleva mucho tiempo escrito pero se ha venido actualizando y finalmente, debe salir, con la edición de Esteban Llorach.

¿En qué nivel se encuentra la literatura para niños hecha en Cuba en la actualidad?

La literatura para niños en Cuba está ahora mismo en un momento de despegue, todavía en búsquedas, en tanteos, pero ya con obras concretas que respaldan la buena salud de esta arteria de la literatura, y lo que es más, hay muchos autores queriendo escribir para los pequeños.

Por lo menos hay para escoger. Es decir, lo que publicamos es una selección de todo lo que nos llega, que es mucho. Hubo una época en que se publicaba cualquier cosa, pero creo que ahora hay mayor rigor en las selecciones. Los mismos autores al leer otros libros, se nutren muchísimo y se nos acercan con obras más atrevidas. Y por supuesto, el reto mayor de la editorial, en este momento, es acercarse al lector de siglo XXI, que no es el mismo del anterior, pues funciona con nuevos códigos y referentes.

¿En qué proyectos personales está inmerso ahora mismo?


Actualmente estoy trabajando en una antología de cuentos míos que será publicada por Ediciones Matanzas. El libro reúne textos que han salido en distintos momentos y que abordan varios universos, como los vampiros, los ángeles y las aves, específicamente los ícaros.

Son todas historias muy conectadas con las aves, con el ala y con la mismísima acción de volar. Es un libro muy especial para mí porque incluyo también fragmentos de otros textos, como Inventarse un amigo y Cuando llegan las cigüeñas de París.
Tengo otra obra que saldrá por Cauce y aborda el tema de la emigración. Específicamente trata de una familia que se ve dividida por esa causa. La emigración es una temática que he recorrido varias veces en textos como Inventarse un amigo, Alguien viene de la niebla y Las golondrinas son como el mar.

Este se llama El mar no tiene color, y cuenta la historia de dos hermanos separados por sus padres. El padre se va con la hermana hacia Miami, Estados Unidos, y la madre se queda aquí con el hijo. A partir de ahí el libro revela la añoranza que siente uno por el otro y, a la vez, el reflejo de qué ocurre en ambos lugares.

Hacer este libro significó un reto para mí porque no he estado nunca en Miami y tuve que imaginarme un poco, investigar y asesorarme bastante para poder construir la vida de ese personaje y de su padre allá.

Este libro, que escribí en 2007, tiene también otros personajes más imaginativos: una sirena y un abuelo que aparece todo el tiempo aunque no está vivo.

Personalmente creo que El mar no tiene color es una historia bastante atrevida. Es de las últimas cosas que he hecho porque, en realidad, con la dirección de la editorial y la edición tengo poco tiempo para escribir, aunque confieso que me gusta mucho lo que hago en mmi institución.

Usted ha abordado un diapasón muy amplio de temáticas en sus obras -que ya sobrepasan la veintena- pero, ¿hay alguna en especial que no haya abordado y a la que le gustaría acercarse?

En realidad a mi no me inquietan mucho las temáticas, por lo general me surgen primero las  historias. Hay muchos temas que no he abordado, e incluso me han preguntado, por ejemplo, por qué no he escrito sobre la negritud. Y yo tengo personajes negros en mi literatura, como los tengo en mi vida, en mi familia, pero no siento que lo tenga que abordar si no me surge una historia.

Pese a que he explorado temáticas atrevidas, nunca me lo he propuesto. Siempre me ha surgido una historia y a partir de ahí escribo. Es decir, tengo que estar motivado por el argumento que es lo que me atrapa, lo que me seduce, no tanto la temática. Esta sale luego como un telón de fondo y a veces en un propio libro surgen varias.

Periodista, escritor, editor, investigador y hasta cuentacuentos, ¿cuál lo apasiona más?

Tengo que dividirme constantemente en muchas partes. Pero todas me apasionan y como tengo un espíritu libre, las llevo todas a la vez. Por un lado, no puedo renunciar al periodismo porque me encanta, pero por el otro tengo la investigación, que también me gusta y es algo a lo que dedico mucho tiempo. Está también la promoción, que la he descubierto como un arte y la edición, que me apasiona. Soy feliz corrigiendo un libro. Así que no me pudiera decidir por alguna en particular porque me siento bien desempeñándome en todas.

Del periodismo me han quedado muchos vicios que me sirven, incluso, para las otras ramas. Por ejemplo, me gusta que todo se haga rápido, que los libros los quemen en una semana, que los ilustren en otra y, sí dependiera de mí, publicaba un libro diario en la editorial y programaba actividades para salir a venderlo. Creo que únicamente con ese espíritu se pueden hacer todas las cosas que hago.




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