Enrique Pérez Díaz

(La Habana, 1958). Este polifacético creador ha abordado la literatura para niños desde todas las perspectivas. Como ensayista, su obra ha sido publicada en los principales medios impresos de su patria, Colombia, Argentina y México. Conferenciante, ha recorrido Europa y América, en muchas ocasiones también como cuentacuentos. Aunque sus cuentos y poemas para niños transcurren en el mundo de hoy, Enrique siempre apuesta por la imaginación y la fantasía. Posibilitador de imposibles, sus muchos libros describen el poder que las hadas otorgaron a este isleño para convertir la tierra firme en un mundo dúctil de sueños. Es director de la Editorial Gente Nueva. Vive en La Habana. (María García Esperón)
Los que escriben para niños...
Un cubano entre hadas
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Entrevista a Antonio Orlando Rodríguez
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Antonio Orlando Rodríguez |
Fuente: CUBARTE
Antonio Orlando Rodríguez: La infancia no es ese mundo idílico que algunos creen recordar
Por Enrique Pérez Díaz CUBARTE 19.01.2016
Una de las primeras personas que me abrió las puertas del mundo de los libros para niños en Cuba fue Antonio Orlando Rodríguez (1). Recuerdo que en la dedicatoria a mí de uno de sus libros escribió: “Para Enrique, un periodista que es un caso raro. Le gusta la literatura infantil”. Poco a poco nos fuimos acercando y me llevó a conocer a otros colegas del gremio de aquel entonces que luego se me fueron haciendo más próximos. Por aquella época, al igual que tantos, Antonio Orlando padecía de la ineditez congénita de muchos autores, cuyos premios se demoraban en ver la luz. Luego, fue publicando su obra y con los años se convirtió en uno de los más serios investigadores del LIJ del continente americano: creador de revistas, sitios web, colecciones, proyectos para fomentar la lectura. Hoy por hoy, el autor galardonado con el Premio Planeta, hace caso omiso a esta fama y sigue pensando en la infancia, fomentando cualquier tipo de iniciativa que promueva al libro para niños y jóvenes. Tras muchos años sin vernos, salvo en un par de ocasiones, y con la experiencia de este tiempo, le hago hoy una entrevista proyectada hace más de dos décadas y aplazada por esos azares de la vida y el tiempo, pero como bien se dice: nunca es tarde, si la dicha es buena…
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Author : María García Esperón
Tag :
Entrevistas,
"Saber sobre qué raíces tan profundas nos estamos levantando". CUBARTE
María García Esperón: “Saber sobre qué raíces tan profundas nos estamos levantando”
Por: Susana Méndez Muñoz
Fecha: 2013-10-16
Fuente: CUBARTE
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Foto: CUBARTE |
María García Esperón es una reconocida escritora mexicana que se encuentra en Cuba invitada por la Editorial Gente Nueva, en la sede de la cual sostuvo un encuentro con un grupo de niños que presentaron su arte para ella.
Esta escritora estudió Ciencias Humanas en la Universidad del Claustro de Sor Juana y realizó estudios de Letras Clásicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, así como de griego antiguo y moderno, latín, náhuatl y árabe; domina además el inglés, el francés y el italiano.
María García Esperón, que antes fue periodista, se inicia en el camino de la literatura con la novela El disco del tiempo, con la que obtiene en el año 2004 el Premio Barco de vapor, otorgado por Ediciones SM y CONACULTA.
Luego, en el 2005, ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños convocado por la Fundación Letras Mexicanas y el Fondo de Cultura Económica por su poemario Tigres de la otra noche, que constituye un homenaje a los héroes y autores de la literatura infantil y juvenil. Este título recibe en el 2007 el Premio al Arte Editorial que otorga la CANIEM (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana).
En ese mismo año recibe el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura por su novela Querida Alejandría, que recupera el personaje de Cleopatra Selene II, la hija de Marco Antonio y Cleopatra, para reconstruir su historia y hacerla próxima al interés y sensibilidad de los jóvenes del siglo XXI. Esta novela fue incluida en la lista White Ravens 2008, de la International Jugendbibliothek, presentada en la Feria del Libro de Bolonia.
Ha escrito además los poemarios infantiles Sombraluna (2008) y Aires de Don Aire (2009); el libro de relatos Las cajas de China (2007) y en el año 2009 Mi abuelo Moctezuma, que fue publicado en España; en el 2010 Berenice, la sirena y el pasado año Copo de Algodón.
María reside en la Ciudad de México y privilegia la poesía por encima de cualquier género literario, “ese algo alado, liviano y sagrado”.
Desde muy niña se fascinó con las ruinas de sus antepasados, “con esa riqueza arqueológica incalculable que no tiene ni el reconocimiento ni la protección que merece y esa es mi cruzada, saber sobre qué raíces tan profundas y llenas de humanidad nos estamos levantando”.
¿Cuál es el motivo de este su primer viaje a Cuba?
Es la primera vez que visito Cuba, pero es un encuentro largamente preparado y anhelado entrañablemente desde el 2009 en que conocí al poeta tunero Jorge Luis Peña Reyes y nos hicimos muy amigos; posteriormente, en el 2011, entablé contacto con Enrique Pérez Díaz en un encuentro de poesía para niños que tuvimos en León, España.
En esa ocasión yo le pedí a los participantes que enviaran un saludo poético y el que Enrique envió fue absolutamente maravilloso, era un poema al otro lado del espejo y desde ese momento no hemos dejado de relacionarnos; no hemos dejado un solo día de escribirnos poesía.
Yo llevo 60 blogs de poetas de lengua española que me gusta promover, y el de Enrique se llama Algo de magia, un universo llamado Enrique Pérez Díaz, basado en un poema precioso de su libro Versos al nunca jamás que ha sido editado y publicado en España; el poema dice “que rían tus ojos al verme llegar / solamente eso me podría encantar”, y entonces para hacer realidad ese poema estoy aquí.
Enrique es un autor universal desde Cuba que nos ha aglutinado a todos, que nos ha atraído, yo vengo realmente atraída por él.
¿Qué le ha parecido este encuentro con estos pequeños actores cubanos que a la vez son lectores de sus obras?
¡Lo de los niños ya fue el acabose! Escribe uno para niños y cuando ves ese sueño, esa poesía, esa idea que has tenido en la voz, en el cuerpo, en la mirada, en la fe y la construcción de los niños ya no le puedes pedir nada más a la vida.
Las flamencas: ¡de arrodillarse!; la niñita que hizo de Hada menta, ¡era el Hada menta!, no había otra, era su espíritu y todos los niños hicieron un trabajo hermoso, fue absolutamente estremecedor.
Existe otra coincidencia entre su obra y la de Enrique que es la de recrear el universo de las hadas y otros personajes mitológicos.
Él siempre ha trabajado la temática de las hadas, toda la epopeya artúrica, y la tiene asumida desde su condición de americano, pero ha sido un precursor, antes de que se pusiera de moda; yo me integro a la literatura infantil y juvenil al cumplir los cuarenta años —y comienzo siguiendo mis aficiones que son la literatura clásica, este mundo mágico— y a partir de 2009 empecé a escribir poemas de hadas, entonces escribí El Hada menta.
En ese tiempo mi correspondencia con Enrique era así: él me enviaba un poema y yo lo grababa, porque me gusta mucho recitar y se lo enviaba en MP3; pero ya perdimos la cuenta, han de ser 600 o 700. Cuando le envié El Hada menta en mi voz él escribió una prolongación que fue lo que escuchamos hoy aquí, que es la letra de Enrique en mi voz.
Hemos llegado a fundir nuestra poesía de tal manera que ya no nos acordamos quién escribió qué; desarrollamos una serie de personajes mágicos en poemas estructurados en dos partes que son, por ejemplo “La princesa suspiro, El príncipe de hielo, La princesa anhelo, El príncipe esquivo”, o sea correspondencias, viene la palabra y regresa la palabra.
Hemos podido, como creadores, identificarnos con el concepto platónico de poesía: ese algo alado, liviano y sagrado; este poder de la palabra lo hemos podido tejer y urdir y ese es el antecedente de esta presencia aquí y de cómo realmente hemos puesto sueños sobre sueños y luego con los sueños, el arte y los bailes de los niños se ha completado la experiencia.
Antes dijo que usted lleva 60 blogs de poetas de lengua española ¿Es entonces una defensora de las posibilidades que brinda Internet en materia de promoción de la literatura?
Sí, Internet es una herramienta muy poderosa, es una maravilla, pero en la actualidad yo estoy muy desilusionada porque se ha pervertido de una manera tan rápida que ni nos dimos cuenta, y ahora la gente se concentra en lo banal, en lo frívolo, los jóvenes pero los grandes también y me desanima mucho que tantas personas inteligentes se entreguen de manera acrítica a las redes sociales, y haber perdido amistades porque se fueron a Facebook diciendo que allí nos podíamos encontrar.
Pero nosotros somos la resistencia; lo vamos a usar como un medio y vamos a resistir a esta ola de banalidad y frivolidad que es el gran enemigo.
Tanto El Hada menta como su libro El disco del cielo han sido publicados en Cuba y hemos sabido que la Editorial Gente Nueva prepara para su presentación en la venidera Feria del Libro Cuba 2014, otro título suyo.
Sí, se va a presentar El disco de Troya (2006), que parte del descubrimiento de un artefacto arqueológico que relaciono con las aficiones de algunos jóvenes en torno a la iconografía satánica, ya que en la antigüedad clásica también se hallan dioses con cuernos como Minotauro, Apis, Zeus Amón, Gran Ciervo.
La editorial mágicamente ha decidido que lo ilustre Nelson Ponce, el mismo diseñador que trabajó El Hada menta y que ha hecho unas obras en blanco y negro que ameritan verdaderamente una exposición; involucra varias enseñanzas del arte contemporáneo, reelabora mitos griegos.
A este le sigue El disco del sol, que ya estoy escribiendo, pero con la experiencia cubana; Enrique es uno de los personajes y una de las escenas transcurre en el Museo Napoleónico cubano, que ayer visité.
¿Vendrá a presentar su título en la Feria del Libro?
Sí, tengo toda la intención de venir a presentar mi libro.
Author : María García Esperón
Tag :
Entrevistas,
Entrevista de Enrique Pérez Díaz a María García Esperón en CUBARTE
Fuente: CUBARTE
María García Esperón: Me motiva mi amor por el misterio
Por: Enrique Pérez Díaz
¿Existe para ti una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o simplemente ¿Literatura para personas?
Para mí existe una LITERATURA, así con todas las mayúsculas. Esta es sinónimo de otro mundo mejor, bello, esperanzado que desde el principio de los tiempos ha sido cifrado por seres humanos excepcionales —a veces de manera individual, a veces colectiva— en ese arquetipo llamado libro. Y desde ahí irradia tanto oro que atrae a los niños y a los adultos para derramar sobre ellos sus dones.
¿Qué piensas de la infancia?
Que es el manantial del hombre. Y que es más infancia que nunca cuando es descubierta desde la perspectiva adulta, cuando yo adulto, mediante una introspección o mediante un milagro, encuentro al niño que fui, con sus capacidades intactas, con sus sueños relucientes, con su hambre de belleza y de misterio, con su fe.
En tu concepto ¿los niños y niñas leen hoy día más o menos que antes?
Leen de manera diferente. Los niños, los jóvenes ya son todos nativos digitales. El espacio que antes llenaban los libros hoy está tomado por las pantallas. Toda revolución tecnológica tiene sus bajas y sus victorias, y entre lo bueno, esta que hemos vivido ha aportado la lectura del hipertexto que posibilita hacer conexiones que antes eran impensables. Yo fui una niña devoradora de libros, en los setenta. Si hubiera existido Internet entonces yo hubiera leído 10 veces más libros.
¿Nació gracias a tu medio familiar tu deseo de ser escritora?
Creo que nací con ese deseo, forma parte de mi genoma. Y sí, mi familia, era lo que podemos definir como gente-libro o gente del libro. Mi abuela era poeta y lectora formidable, escribía versos en los libros, al terminar de leerlos, eso me impactaba mucho. Para mi madre, la felicidad más alta era la lectura.
¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niñ@s?
En lo personal, a mí me fascina el tono poético, por ejemplo, el que emplea Alejandro Casona en su Flor de leyendas, la prosa de Andersen, los cuentos de Oscar Wilde. Esas expresiones fragantes que se quedan grabadas en el alma de los niños. Una especie de lenguaje sagrado que vaya develando a los niños los paisajes del espíritu humano.
Se suele decir que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su aut@r. ¿Eres tú parecida a alguno de los personajes de tu obra?
Yo he establecido con algunos de mis personajes una relación de maestro-discípulo en los dos sentidos, ellos me enseñan y yo les enseño, aunque las más de las veces son ellos quienes me revelan esas verdades que voy buscando y que por mí misma no podría encontrar. Los necesito para crecer espiritual, intelectual, emocionalmente. Claro que la mayoría de los personajes de mis obras son históricos. Escribiendo voy a su encuentro. Puedo preguntarles, despertarlos, reclamarles si es el caso, consolarlos y abrazarlos. En respuesta más directa a tu pregunta, te diré que al personaje principal de la novela Sibila que no es histórico sino legendario, le di mi personalidad por entero, fue como vaciar mi ser en un ánfora etrusca o en una estatua antigua para que adquiriera vida.
¿Cómo concibes idealmente a un autor para niñ@s?
Como una persona capaz de percibir intensamente la belleza del mundo. Alguien convencido de una de las enseñanzas socráticas más profundas: que su pensar coincida con su hacer y su decir. Alguien que haya pasado por el sufrimiento y que conserve la ilusión y la esperanza. Alguien que sea siempre capaz de enamorarse de la vida. Y que esté dispuesto, como en el verso de Alberti, siempre a ver sirenas.
¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?
Cuando más libre y feliz me encuentro escribiendo es al recrear el estilo épico griego. Utilizo los epítetos y el recurso in media res de manera muy natural. De los modernos, la escritura de Marguerite Yourcenar, que descubrí a los veinte años, es siempre una estrella que guía mi navegación a través de los textos.
¿Cuáles fueron tus lecturas de niña?
Yo estaba hambrienta de mitos y los descubrí en forma de libros. Los clásicos de la gran literatura. La Ilíada, la Odisea, Las Mil y una Noches, las historias del rey Arturo, los Nibelungos. La primera novela que me fascinó, a los 9 años, fue Quo vadis?, de Sienkiewicz. También fui fanática de Julio Verne, Salgari, Mark Twain, Dumas, Hugo, Charles Dickens. Y gracias a los gustos de mi abuela, y a sus libros, a los 10 años paladeaba la prosa modernista del mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y me aprendía sus versos de memoria.
¿Quién es tu héroe de ficción?
¡El Corsario Negro!
¿Quién, tu villano?
El cardenal Richelieu en Los Tres mosqueteros
¿Cómo insertas tu obra en el panorama actual de la literatura infantil mexicana?
Mi aportación a la literatura infantil y juvenil mexicana tiene dos vertientes: la novela histórica para jóvenes y la llamada poesía para niños. En ambas he podido llegar —y muy rápidamente, lo que me sigue asombrando— a un público generoso —sí, los niños, pero también los maestros y los padres de familia— a través de los conductos que en México se han creado para hacer llegar el libro y la cultura a la mayor cantidad posible de lectores. Me refiero concretamente a las Bibliotecas de Aula, también llamadas Libros del Rincón, que han dotado de libros a las escuelas públicas de todo el país. Yo amo profundamente a México y una de mis principales pasiones es entregar a los niños este amor, amor por las raíces mesoamericanas, por la cultura hispanoamericana, por la tierra, el cielo y el mar, por las lenguas indígenas, por el tiempo sagrado de los antiguos mexicanos, que sigue presente en el siglo xxi, pero hay que saber escuchar, como la canción de una sabia caracola.
¿Qué es lo que te enciende emocionalmente-creativamente?
Me entusiasma establecer conexiones, entre tiempos diferentes, entre personas lejanas, entre cultura distintas. Esta especie de alquimia es posible gracias a la literatura. En muchas de mis obras coexisten los tiempos: la antigüedad, el presente… y encuentro mucho sentido al relacionarlos de esta manera. También me emociona muchísimo dar a conocer la obra literaria de creadores actuales y ayudar para que un libro de un autor de un país sea publicado en otro. Esto me hace más feliz que publicar mis propias obras.
¿Qué es lo que te desanima?
La excesiva y acrítica entrega de tantas personas inteligentes a las redes sociales y que estas se hayan convertido en la referencia de casi todo, que algo valga simplemente porque está en facebook o se tecleó en twitter me parece penoso.

¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?
Los cuatro trascendentales de la filosofía clásica: Unidad, Verdad, Bondad y Belleza. Decía Jung también que los niños necesitan mitos. Y el mito es precisamente esa verdad profunda que se comunica en un lenguaje imaginario.
Aparte de tu profesión actual, ¿qué otra cosa te hubiera gustado ejercer?
Uno de mis sueños ha sido la Arqueología. También me gustaría ser políglota —conozco algunas lenguas pero no a profundidad. Y como sueño dorado, dedicarme a realizar tragedias griegas.
¿Qué profesión nunca ejercerías?
Contabilidad, con perdón de los contadores, que son muy necesarios para que este mundo funcione.
¿Podrías opinar de la relación autor-editor?
Yo estoy muy agradecida con todos los editores de mis obras. Cada proceso ha sido muy enriquecedor para mí, he aprendido muchísimo no solamente de aspectos editoriales, sino de humanidad, de existencia. Escribir un libro es una soledad, editarlo es una compañía. En mi caso, he encontrado la más hermosa, pura y noble amistad en mis editores, en particular en uno de ellos, de quien puedo decir la hermosa definición clásica de amistad: somos un alma con dos cuerpos… y muchos libros por venir.
Al revisar tus libros advierto que hay, de una parte, la intención más que evidente en hurgar en documentos antiguos, misterios soterrados de la historia, a la vez que de manera genial los conectas al presente, mientras que de la otra existe una vuelta a la mítica de las hadas, ¿qué te motiva a escribir así?
¡Qué pregunta más hermosa! Me motiva mi amor por el misterio, por ese lugar que mencionaba más arriba, donde está todo lo bello que podemos ser, toda la esperanza que podemos tener, toda la luz que nuestra oscuridad apetece. ¡Pues mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía! Y en esta formulación becqueriana, son las hadas ese rayo de luna, esa sabia inocencia de ruinas y bosques, esa magia que nos sigue de niños y que podemos conservar durante toda nuestra vida para que siempre en ella, haya poesía.
¿Te sientes más cómoda en narrativa o en poesía?
En narrativa. Mi poesía o la poesía que he escrito, es más bien un homenaje a los grandes poetas que admiro. Soy mejor recitadora de poesía que poeta yo misma.
¿Qué libro sientes te falta escribir?
Quiero escribir un libro sobre Quetzalcóatl y que este libro pueda transmitir la grandeza espiritual del hombre-dios-planeta-rey.
¿Existe un libro preferido entre los que has escrito? ¿Alguno que signifique algo muy especial?
La serie de los Discos del Tiempo es muy especial para mí, porque no es una historia cerrada, sino un proceso que continúa. Porque al escribir la serie —que sigo— he vivido experiencias que solamente pueden calificarse como mágicas, que me entregan el sentido de mi vocación de escritora, esbozada en la infancia: estar cerca, cada vez más cerca, de la dimensión sagrada de la realidad.
Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio ¿cuáles escogerías? ¿Alguno de los que has escrito?
De los míos, ninguno, porque así podría volver a escribirlos de manera diferente y vivir de nuevo la deslumbrante aventura. Y de los libros que amo y de los que he hablado, tengo la memoria tan llena de ellos que forman parte de mí. ¡Pero no soportaría ver hundirse La Divina Comedia, ni las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote, ni las noches de Scherezada, ni la poesía de García Lorca!
Sé que en ti conviven varias pasiones artísticas, además de la literatura, ¿qué me podrías decir de ello?
Que has escogido muy bien la palabra: pasiones. El flamenco ha sido la gran pasión de mi vida, como arte de duende y desgarro que es, como reminiscente de los cultos mediterráneos de los que he podido hablar en mis novelas. Creación en acto, amor, vida, muerte, sangre, instante hiperestesiado, el del flamenco es el ambiente en el que he entrevisto al Espíritu. Mi otra pasión es la poesía, el decir poemas, el poner mi voz, convertirme en instrumento de eso misterioso que ocurre en las palabras vertidas por el poeta. Esa energía, surgida en el silencio, que en la voz se hace sonido y agita el mundo, lo conmueve. Esto para mí se ha convertido en una especie de religión y en una vocación asumida, particularmente con la obra de algunos poetas contemporáneos españoles y cubanos, que independientemente de que sean mis amigos y los aprecie mucho, la relación que tengo con sus obras es de intercambio de naturalezas, yo me he convertido en esas palabras y esas palabras me han elegido para ser dichas.
¿Podrías decirme qué otra palabra te hacen evocar cada una de estas?
Amor: Dios; Sol: Amor; Eternidad: Mar; Cielo: Libertad; Disco: Destino; Azteca: Renovación; Infinito: Paz; Tiempo: Libertad; Canon: Poesía.
Conociendo que vienes pronto a Cuba, donde ya se conocen dos libros tuyos, uno para pequeños y otro para jóvenes, ¿podrías decirme qué significa este país para ti?
Cuba es además de mi otra patria y el lugar de la amistad y la poesía, la promesa constante de que existe un mundo mejor, donde los sueños persisten y se mantienen de pie mirando al horizonte inagotable. Para los de tierra adentro, como yo, el mar sabe a arquetipo y siempre llegar a sus orillas es una iniciación. La expectativa de ver los rostros de amigos entrañables con quienes he compartido poesía y esperanza y libros y sueños me colma de felicidad en estas vísperas de mi viaje.
Fecha: 2013-10-04
Fuente: CUBARTE
La vida está llena de sorpresas, de regalos inapreciables que a veces llegan en momentos de grandes ausencias. También la existencia nos trae revelaciones sobre nosotros mismos que, en ocasiones, vienen por boca de otros, pues los seres humanos somos como espejos del prójimo, nuestras pasiones y desvelos se transparentan en los demás y nos hacen redescubrirnos, asumirnos y renacer en una nueva confianza de que todo siempre vuelve a comenzar. Hace un tiempo, un gran amigo, nacido desde la literatura —que a veces es para mí un mundo más real que el circundante— me dio el correo de una amiga suya que se interesaba por publicar en Cuba. Nunca agradeceré lo suficiente al argentino Carlos Marianidis, el inapreciable don que ha significado la amistad de una mujer singular e irrepetible, que llegó en el momento que más necesitaba del consuelo y afecto de una presencia amiga. Toda fuego, vitalidad, iniciativa y energía, María García Esperón, nacida en tierra azteca un 7 de agosto de 1964, además de ser una de las escritoras mexicanas más galardonadas hoy día, se ha convertido en un hito creativo y humano para mí. Las preguntas de esta entrevista son más un pretexto para darla a conocer a sus lectores cubanos que para indagar yo en cuanto sé o intuyo de ella. Pero su inminente primer viaje a nuestra tierra, donde presentará con niños y jóvenes sus dos libros publicados en Gente Nueva, nos conminan a este diálogo que siempre quedará inconcluso, como así mismo son nuestros sueños y proyectos, cuya dinámica es el siempre, así como nuestro lema es: ¡el infinito!!! ¡Nuestra meta: el más allá!!!
Vale decir que en su obra publicada destacan: El Disco del Tiempo, Premio Barco de Vapor 2004; Tigres de la Otra Noche, Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2005; Querida Alejandría, Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura 2007; Soma: La tumba de Alejandro (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2013); La perla y el dragón (Elé Zonacuario. Quito, 2013); El hada Menta (Gente Nueva. La Habana, 2013); El Duende No (Amigos de papel. León, España, 2012); La emperatriz del Reino Amarillo (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2012); El anillo de César (Ediciones El Naranjo. México, 2012); Sibila (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2011); El disco del cielo (Editorial Gente Nueva, La Habana, 2011); Copo de Algodón (Ediciones El Naranjo. México, 2010); Berenice la sirena (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2010); Las Cajas de China (Hillman Publicaciones, Bogotá 2009) y Mi abuelo Moctezuma (Edelvives, Madrid 2009).
La vida está llena de sorpresas, de regalos inapreciables que a veces llegan en momentos de grandes ausencias. También la existencia nos trae revelaciones sobre nosotros mismos que, en ocasiones, vienen por boca de otros, pues los seres humanos somos como espejos del prójimo, nuestras pasiones y desvelos se transparentan en los demás y nos hacen redescubrirnos, asumirnos y renacer en una nueva confianza de que todo siempre vuelve a comenzar. Hace un tiempo, un gran amigo, nacido desde la literatura —que a veces es para mí un mundo más real que el circundante— me dio el correo de una amiga suya que se interesaba por publicar en Cuba. Nunca agradeceré lo suficiente al argentino Carlos Marianidis, el inapreciable don que ha significado la amistad de una mujer singular e irrepetible, que llegó en el momento que más necesitaba del consuelo y afecto de una presencia amiga. Toda fuego, vitalidad, iniciativa y energía, María García Esperón, nacida en tierra azteca un 7 de agosto de 1964, además de ser una de las escritoras mexicanas más galardonadas hoy día, se ha convertido en un hito creativo y humano para mí. Las preguntas de esta entrevista son más un pretexto para darla a conocer a sus lectores cubanos que para indagar yo en cuanto sé o intuyo de ella. Pero su inminente primer viaje a nuestra tierra, donde presentará con niños y jóvenes sus dos libros publicados en Gente Nueva, nos conminan a este diálogo que siempre quedará inconcluso, como así mismo son nuestros sueños y proyectos, cuya dinámica es el siempre, así como nuestro lema es: ¡el infinito!!! ¡Nuestra meta: el más allá!!!
Vale decir que en su obra publicada destacan: El Disco del Tiempo, Premio Barco de Vapor 2004; Tigres de la Otra Noche, Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2005; Querida Alejandría, Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura 2007; Soma: La tumba de Alejandro (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2013); La perla y el dragón (Elé Zonacuario. Quito, 2013); El hada Menta (Gente Nueva. La Habana, 2013); El Duende No (Amigos de papel. León, España, 2012); La emperatriz del Reino Amarillo (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2012); El anillo de César (Ediciones El Naranjo. México, 2012); Sibila (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2011); El disco del cielo (Editorial Gente Nueva, La Habana, 2011); Copo de Algodón (Ediciones El Naranjo. México, 2010); Berenice la sirena (Hillman Publicaciones. Bogotá, 2010); Las Cajas de China (Hillman Publicaciones, Bogotá 2009) y Mi abuelo Moctezuma (Edelvives, Madrid 2009).
¿Existe para ti una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o simplemente ¿Literatura para personas?
Para mí existe una LITERATURA, así con todas las mayúsculas. Esta es sinónimo de otro mundo mejor, bello, esperanzado que desde el principio de los tiempos ha sido cifrado por seres humanos excepcionales —a veces de manera individual, a veces colectiva— en ese arquetipo llamado libro. Y desde ahí irradia tanto oro que atrae a los niños y a los adultos para derramar sobre ellos sus dones.
¿Qué piensas de la infancia?
Que es el manantial del hombre. Y que es más infancia que nunca cuando es descubierta desde la perspectiva adulta, cuando yo adulto, mediante una introspección o mediante un milagro, encuentro al niño que fui, con sus capacidades intactas, con sus sueños relucientes, con su hambre de belleza y de misterio, con su fe.
En tu concepto ¿los niños y niñas leen hoy día más o menos que antes?
Leen de manera diferente. Los niños, los jóvenes ya son todos nativos digitales. El espacio que antes llenaban los libros hoy está tomado por las pantallas. Toda revolución tecnológica tiene sus bajas y sus victorias, y entre lo bueno, esta que hemos vivido ha aportado la lectura del hipertexto que posibilita hacer conexiones que antes eran impensables. Yo fui una niña devoradora de libros, en los setenta. Si hubiera existido Internet entonces yo hubiera leído 10 veces más libros.
¿Nació gracias a tu medio familiar tu deseo de ser escritora?
Creo que nací con ese deseo, forma parte de mi genoma. Y sí, mi familia, era lo que podemos definir como gente-libro o gente del libro. Mi abuela era poeta y lectora formidable, escribía versos en los libros, al terminar de leerlos, eso me impactaba mucho. Para mi madre, la felicidad más alta era la lectura.
¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niñ@s?
En lo personal, a mí me fascina el tono poético, por ejemplo, el que emplea Alejandro Casona en su Flor de leyendas, la prosa de Andersen, los cuentos de Oscar Wilde. Esas expresiones fragantes que se quedan grabadas en el alma de los niños. Una especie de lenguaje sagrado que vaya develando a los niños los paisajes del espíritu humano.
Se suele decir que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su aut@r. ¿Eres tú parecida a alguno de los personajes de tu obra?
Yo he establecido con algunos de mis personajes una relación de maestro-discípulo en los dos sentidos, ellos me enseñan y yo les enseño, aunque las más de las veces son ellos quienes me revelan esas verdades que voy buscando y que por mí misma no podría encontrar. Los necesito para crecer espiritual, intelectual, emocionalmente. Claro que la mayoría de los personajes de mis obras son históricos. Escribiendo voy a su encuentro. Puedo preguntarles, despertarlos, reclamarles si es el caso, consolarlos y abrazarlos. En respuesta más directa a tu pregunta, te diré que al personaje principal de la novela Sibila que no es histórico sino legendario, le di mi personalidad por entero, fue como vaciar mi ser en un ánfora etrusca o en una estatua antigua para que adquiriera vida.
¿Cómo concibes idealmente a un autor para niñ@s?
Como una persona capaz de percibir intensamente la belleza del mundo. Alguien convencido de una de las enseñanzas socráticas más profundas: que su pensar coincida con su hacer y su decir. Alguien que haya pasado por el sufrimiento y que conserve la ilusión y la esperanza. Alguien que sea siempre capaz de enamorarse de la vida. Y que esté dispuesto, como en el verso de Alberti, siempre a ver sirenas.
¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?
Cuando más libre y feliz me encuentro escribiendo es al recrear el estilo épico griego. Utilizo los epítetos y el recurso in media res de manera muy natural. De los modernos, la escritura de Marguerite Yourcenar, que descubrí a los veinte años, es siempre una estrella que guía mi navegación a través de los textos.
¿Cuáles fueron tus lecturas de niña?
Yo estaba hambrienta de mitos y los descubrí en forma de libros. Los clásicos de la gran literatura. La Ilíada, la Odisea, Las Mil y una Noches, las historias del rey Arturo, los Nibelungos. La primera novela que me fascinó, a los 9 años, fue Quo vadis?, de Sienkiewicz. También fui fanática de Julio Verne, Salgari, Mark Twain, Dumas, Hugo, Charles Dickens. Y gracias a los gustos de mi abuela, y a sus libros, a los 10 años paladeaba la prosa modernista del mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y me aprendía sus versos de memoria.
¿Quién es tu héroe de ficción?
¡El Corsario Negro!
¿Quién, tu villano?
El cardenal Richelieu en Los Tres mosqueteros
¿Cómo insertas tu obra en el panorama actual de la literatura infantil mexicana?
Mi aportación a la literatura infantil y juvenil mexicana tiene dos vertientes: la novela histórica para jóvenes y la llamada poesía para niños. En ambas he podido llegar —y muy rápidamente, lo que me sigue asombrando— a un público generoso —sí, los niños, pero también los maestros y los padres de familia— a través de los conductos que en México se han creado para hacer llegar el libro y la cultura a la mayor cantidad posible de lectores. Me refiero concretamente a las Bibliotecas de Aula, también llamadas Libros del Rincón, que han dotado de libros a las escuelas públicas de todo el país. Yo amo profundamente a México y una de mis principales pasiones es entregar a los niños este amor, amor por las raíces mesoamericanas, por la cultura hispanoamericana, por la tierra, el cielo y el mar, por las lenguas indígenas, por el tiempo sagrado de los antiguos mexicanos, que sigue presente en el siglo xxi, pero hay que saber escuchar, como la canción de una sabia caracola.
¿Qué es lo que te enciende emocionalmente-creativamente?
Me entusiasma establecer conexiones, entre tiempos diferentes, entre personas lejanas, entre cultura distintas. Esta especie de alquimia es posible gracias a la literatura. En muchas de mis obras coexisten los tiempos: la antigüedad, el presente… y encuentro mucho sentido al relacionarlos de esta manera. También me emociona muchísimo dar a conocer la obra literaria de creadores actuales y ayudar para que un libro de un autor de un país sea publicado en otro. Esto me hace más feliz que publicar mis propias obras.
¿Qué es lo que te desanima?
La excesiva y acrítica entrega de tantas personas inteligentes a las redes sociales y que estas se hayan convertido en la referencia de casi todo, que algo valga simplemente porque está en facebook o se tecleó en twitter me parece penoso.

¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?
Los cuatro trascendentales de la filosofía clásica: Unidad, Verdad, Bondad y Belleza. Decía Jung también que los niños necesitan mitos. Y el mito es precisamente esa verdad profunda que se comunica en un lenguaje imaginario.
Aparte de tu profesión actual, ¿qué otra cosa te hubiera gustado ejercer?
Uno de mis sueños ha sido la Arqueología. También me gustaría ser políglota —conozco algunas lenguas pero no a profundidad. Y como sueño dorado, dedicarme a realizar tragedias griegas.
¿Qué profesión nunca ejercerías?
Contabilidad, con perdón de los contadores, que son muy necesarios para que este mundo funcione.
¿Podrías opinar de la relación autor-editor?
Yo estoy muy agradecida con todos los editores de mis obras. Cada proceso ha sido muy enriquecedor para mí, he aprendido muchísimo no solamente de aspectos editoriales, sino de humanidad, de existencia. Escribir un libro es una soledad, editarlo es una compañía. En mi caso, he encontrado la más hermosa, pura y noble amistad en mis editores, en particular en uno de ellos, de quien puedo decir la hermosa definición clásica de amistad: somos un alma con dos cuerpos… y muchos libros por venir.
Al revisar tus libros advierto que hay, de una parte, la intención más que evidente en hurgar en documentos antiguos, misterios soterrados de la historia, a la vez que de manera genial los conectas al presente, mientras que de la otra existe una vuelta a la mítica de las hadas, ¿qué te motiva a escribir así?
¡Qué pregunta más hermosa! Me motiva mi amor por el misterio, por ese lugar que mencionaba más arriba, donde está todo lo bello que podemos ser, toda la esperanza que podemos tener, toda la luz que nuestra oscuridad apetece. ¡Pues mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía! Y en esta formulación becqueriana, son las hadas ese rayo de luna, esa sabia inocencia de ruinas y bosques, esa magia que nos sigue de niños y que podemos conservar durante toda nuestra vida para que siempre en ella, haya poesía.
¿Te sientes más cómoda en narrativa o en poesía?
En narrativa. Mi poesía o la poesía que he escrito, es más bien un homenaje a los grandes poetas que admiro. Soy mejor recitadora de poesía que poeta yo misma.
¿Qué libro sientes te falta escribir?
Quiero escribir un libro sobre Quetzalcóatl y que este libro pueda transmitir la grandeza espiritual del hombre-dios-planeta-rey.
¿Existe un libro preferido entre los que has escrito? ¿Alguno que signifique algo muy especial?
La serie de los Discos del Tiempo es muy especial para mí, porque no es una historia cerrada, sino un proceso que continúa. Porque al escribir la serie —que sigo— he vivido experiencias que solamente pueden calificarse como mágicas, que me entregan el sentido de mi vocación de escritora, esbozada en la infancia: estar cerca, cada vez más cerca, de la dimensión sagrada de la realidad.
Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio ¿cuáles escogerías? ¿Alguno de los que has escrito?
De los míos, ninguno, porque así podría volver a escribirlos de manera diferente y vivir de nuevo la deslumbrante aventura. Y de los libros que amo y de los que he hablado, tengo la memoria tan llena de ellos que forman parte de mí. ¡Pero no soportaría ver hundirse La Divina Comedia, ni las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote, ni las noches de Scherezada, ni la poesía de García Lorca!
Sé que en ti conviven varias pasiones artísticas, además de la literatura, ¿qué me podrías decir de ello?
Que has escogido muy bien la palabra: pasiones. El flamenco ha sido la gran pasión de mi vida, como arte de duende y desgarro que es, como reminiscente de los cultos mediterráneos de los que he podido hablar en mis novelas. Creación en acto, amor, vida, muerte, sangre, instante hiperestesiado, el del flamenco es el ambiente en el que he entrevisto al Espíritu. Mi otra pasión es la poesía, el decir poemas, el poner mi voz, convertirme en instrumento de eso misterioso que ocurre en las palabras vertidas por el poeta. Esa energía, surgida en el silencio, que en la voz se hace sonido y agita el mundo, lo conmueve. Esto para mí se ha convertido en una especie de religión y en una vocación asumida, particularmente con la obra de algunos poetas contemporáneos españoles y cubanos, que independientemente de que sean mis amigos y los aprecie mucho, la relación que tengo con sus obras es de intercambio de naturalezas, yo me he convertido en esas palabras y esas palabras me han elegido para ser dichas.
¿Podrías decirme qué otra palabra te hacen evocar cada una de estas?
Amor: Dios; Sol: Amor; Eternidad: Mar; Cielo: Libertad; Disco: Destino; Azteca: Renovación; Infinito: Paz; Tiempo: Libertad; Canon: Poesía.
Conociendo que vienes pronto a Cuba, donde ya se conocen dos libros tuyos, uno para pequeños y otro para jóvenes, ¿podrías decirme qué significa este país para ti?
Cuba es además de mi otra patria y el lugar de la amistad y la poesía, la promesa constante de que existe un mundo mejor, donde los sueños persisten y se mantienen de pie mirando al horizonte inagotable. Para los de tierra adentro, como yo, el mar sabe a arquetipo y siempre llegar a sus orillas es una iniciación. La expectativa de ver los rostros de amigos entrañables con quienes he compartido poesía y esperanza y libros y sueños me colma de felicidad en estas vísperas de mi viaje.
Author : María García Esperón
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